La instalación consiste en un laberinto compuesto de tres partes de contenido simbólico: Laberinto, Rosa de los Vientos y Perímetro de frases.

El visitante puede optar por ingresar al laberinto-jaula, de estructura tridimensional y transparente dispuesto en el espacio o contemplarlo desde la distancia. El recorrido lleva al visitante hasta un punto límite desde donde contempla su propia imagen.

Al traspasar el volumen transparente del laberinto se aprecia una Rosa de los Vientos construida en acero inoxidable. La Rosa de los Vientos guiaba las travesías de antaño para el descubrimiento y la conquista de nuevos territorios.

Versos en letras fluorecentes a manera de indicadores de riesgo, demarcan el perímetro de la obra, convirtiéndola en un espacio virtual y metafórico, articulando el recorrido que simboliza las distintas opciones que el ser humano debe enfentar en el rumbo de su vida. El cuerpo humano, al intervenir visual y corporalmente el espacio refrenda el carácter simbólico y ritual de esta travesía.